En 1997, por gracia de Dios, la oficina de la diócesis de Los Ángeles me contrato en calidad de capellán, siendo yo laico. Y fui designado a trabajar en un centro de detención llamado Pichess Detención Center North Facility” con 1600 detenidos.
Después de trabajar con estos individuos durante un año, comencé a darme cuenta que muchas veces el pedir un rosario o una Biblia, un lápiz o una estampilla de correo, era una manera muy sutil de pedir ayuda a nivel mas profundo. Después de recibir cientos de estos pedidos se presento el desafío de ¿cómo atender a tantas personas? Y surgió la pregunta. ¿Cómo responder a ese llamado de auxilio sin asustarlos o respondiendo en forma incorrecta, en la predicación correctiva o dándoles respuestas superficiales? ¿Cómo poder acompañarlos aun que sea por unos momentos y ofrecerles “un rayo de esperanza” para una vida mejor y a la misma ves ayudarlos a construir en ellos mismos un sentido de auto-estima dándoles el sabor de sentirse positivo en los logros personales, sentido primordial para la recuperación personal.
La respuesta surgió con la ayuda de los capellanes voluntarios quienes trabajan con migo y especialmente con la guía y apoyo del padre Gerard Weber, anteriormente de la diócesis de Chicago, quien hoy en día reside en Encino, California. A través de sus años como sacerdote el padre Weber a ocupado entre otros, estos importantes cargos, Fue Editor General de la serie de educación religiosa Benzinger y Presidente de la fundación “ACTA Foundation”. Y a través de una colaboración mutua, juntos producimos doce panfletos con el titulo “Encontrando el camino en la cárcel”. “El Camino” es fue una frase usada frecuentemente por los primeros cristianos describiendo la nueva forma de vida en Cristo, a la cual ellos se entregaron.
Actualmente, este programa esta siendo usado en las cuatro dependencias que componen el Pitchess Detention Center asi tambien como en otras dependencias en el area de Los Angeles.
Acerca de Nosotros
Como Comenzo “Encontrando el Camino en la Carcel”
En 1997, por gracia de Dios, la oficina de la diócesis de Los Ángeles me contrato en calidad de capellán, siendo yo laico. Y fui designado a trabajar en un centro de detención llamado Pichess Detención Center North Facility” con 1600 detenidos.
Después de trabajar con estos individuos durante un año, comencé a darme cuenta que muchas veces el pedir un rosario o una Biblia, un lápiz o una estampilla de correo, era una manera muy sutil de pedir ayuda a nivel mas profundo. Después de recibir cientos de estos pedidos se presento el desafío de ¿cómo atender a tantas personas? Y surgió la pregunta. ¿Cómo responder a ese llamado de auxilio sin asustarlos o respondiendo en forma incorrecta, en la predicación correctiva o dándoles respuestas superficiales? ¿Cómo poder acompañarlos aun que sea por unos momentos y ofrecerles “un rayo de esperanza” para una vida mejor y a la misma ves ayudarlos a construir en ellos mismos un sentido de auto-estima dándoles el sabor de sentirse positivo en los logros personales, sentido primordial para la recuperación personal.
La respuesta surgió con la ayuda de los capellanes voluntarios quienes trabajan con migo y especialmente con la guía y apoyo del padre Gerard Weber, anteriormente de la diócesis de Chicago, quien hoy en día reside en Encino, California. A través de sus años como sacerdote el padre Weber a ocupado entre otros, estos importantes cargos, Fue Editor General de la serie de educación religiosa Benzinger y Presidente de la fundación “ACTA Foundation”. Y a través de una colaboración mutua, juntos producimos doce panfletos con el titulo “Encontrando el camino en la cárcel”. “El Camino” es fue una frase usada frecuentemente por los primeros cristianos describiendo la nueva forma de vida en Cristo, a la cual ellos se entregaron.
Actualmente, este programa esta siendo usado en las cuatro dependencias que componen el Pitchess Detention Center asi tambien como en otras dependencias en el area de Los Angeles.
– Gonzalo De Vivero